Aquí puedes verme sufrir
al filo de lo imposible
incapaz de fluir
como ligeramente reptiles,
y es mi lamento
un aliento de otra época,
testamento
de un lugar sin reino
que no admite réplica.
Es lo menos que puedo hacer
por sobrevivir
muy lejos de esta Tierra,
con unos cuantos ya en mente
sudando charcos de esperanza,
sumando actos irreprochables
ante los portales de su angustia.
Está presa de su renuncia,
y no hay sorpresa en que se aburra
hasta de mí y de todo
lo que escucha
borracha de su lujo
al ser quien piensa
lo que es mucho...
Quien las tiene a su favor.
Quien me derrumba
como quien con ella no va la cosa.
Es la locura
de los que encierran
por largo tiempo,
no existe control posible
ni tan sólo remedio
cuando todos escupen
su descontento.