El peregrino hace de su pies
el alma más letal
para la libertad
crear el fuego para cocinar su alimento
y bebe el agua de la lluvia
sabiéndose bendecido.
El peregrino navega en su silencio
vuela pero no requiere alas
grita, pero no requiere palabras
ama la luna, el sol y la naturaleza
le teme a su propia sombra
por miedo a que lo abandone
el peregrino hace de sus pies un tesoro
valor incalculable
lo que sus ojos ven en cada sueño.