Déjame morir en el brillo de tus ojos, esos ojitos cafecitos que me hacen suspirar, aquellos que son bonitos y redonditos esos que cada vez que se posan frente a los mío ponen a mi alma a divagar, a mi cuerpo a temblar y a mis palabra a tartamudear, dejare que ellos dominen mi alma para poder morir eternamente en el brillo de tus ojos.