Se va apagando agosto en el gesto torcido de la tarde,
no alcanza su rumor aquel hechizo, sueño de impaciente luz
enhiesta y de júbilo feraz resonando hasta el primer temblor del alba.
Al final de la calle, los últimos renglones del estío,
aún suspendidos en en vacío amante del ocaso,
no eran sino siluetas buscando cuerpos sin nadie.
¡Qué dulce insurrección, que apresurada forma de luz
se aviva sobre el filo del día! Únicamente la soledad pulsa
sus cuerdas de cítara dormida con transparene e inquietante
lentitud en la noche que se alza de entre balcones rotos y alucinaciones.
\"Pájaros de niebla\" (2022)