La trampa ávida
me llevó a creer en ti.
En tu palabra,
lo que demostraste,
en tu definitivo sí.
Medité por tiempo extenso
si llegaba a ser feliz;
pues ya lo que me faltaba
sin dudas estaba aquí.
Hoy, causa mega tristeza
todo el tiempo que perdí,
cada segundo tirado
desde que te conocí.
Yo, inicié marcha de frente,
mi amor, puro, resplandeciente,
sincero te lo ofrecí;
pero, te diste el lujo
de burlarte intensamente
de todo lo que sentí.
Por ahora,
iré contra la corriente,
contra la crecida potente,
que ideaste para mí.
Y…
en un tiempo muy prudente,
sé,
que sonreiré alegremente,
porque ya sabré quien eres,
y, porqué eres así.
Adiós a la falsedad,
la falacia, la mentira,
dueñas natas de tu vida;
de tu naturaleza,
y de ti…