Guardo poemas que solo son para ti. Para cuando llueva y quieras huir de todo. De esos poemas que se consumen mejor cuando miras el horizonte y respiras el aliento del mundo. Algunos tan amplios como lo sempiterno. Otros tan efímeros como un latido. Con formas de besos sobre tus mejillas, con olor a mar y esencia de vino. Poemas sabor café que se deslicen por tus curvas y aterricen en el corazón. Que te persigan como un esclavo a su dueño. Revestidos con caricias subversivas que moren sobre tu cuello. Inolvidables como tú, fuente totalitaria de toda la inspiración.
Dany Noche