Mujer puedes entrar sin miedo a mi casa,
mi casa es solo para visitas cortas
pero no en tu caso, que has llegado,
has lavado mis pies y has regado mi cabeza,
como lo haría un discípulo.
¿Pensaste que no era lo apropiado?;
desde el principio, te gustó como un deber.
Ahora vienes todos los días,
aunque te da un poco de vergüenza del qué dirán.
Te escondes cada vez que entras a mi casa
igual que te ocultas cuando te vas.
No deberías sentirte así, menos que nadie.
No te preocupes mujer,
para que te sientas mejor
o para que no sientas vergüenza,
nuestras miradas irán hacia otro lado.
Me enorgullece que estés en mi jardín,
protegiendo a los desamparados.
Les das de comer y les calmas la sed
en esta humilde casa.
Siempre serás bienvenida
¡todo brilla cuando tú estás aquí!
Aunque todos los ojos están sobre ti,
no sientas miedo de ellos ni de lo que digan,
esta es tu casa, Mujer.