Cuando la mirada del amor te atraviesa,
no proclama dolor. Sin embargo,
si a ella el vuelo de la flecha no da alcance,
pobre de ti, sufrirás y será tarde.
Ya que ese veneno se ha hecho con tu corazón
y no hay nada que puedas hacer ahora.
Solo cerrar tus sentimientos de amor
y sellar la puerta, sellar lo que te ahoga.
Pero aún así podrán hallar esa llave
que tiraste para no volver a encontrar.
La lanzaste para que tu pecho no hable.
La lanzaste para poder sanar.
Pues la abrirán para que vuelvas a sentir
todo aquello que juraste dejar atrás.