Valedelcaa

Amores sin salida, sin saliva

Arena movediza piso

cada vez que recitas: 

“no hay razón por la cual odiarte”,

porque en lo que decides no decir, en lo que callas

se ve reflejada la imposibilidad de amarme.

 

Y proclamas que me quieres,

proclamas que me amas.

pero nos adentramos a un laberinto

de juego y fuego.

no me encuentras, no te encuentro;

se apagan las llamas.

 

Cierta vez le doy un giro a la memoria

porque la realidad, cambiar, no puedo.

me basta con moldear siguiendo trazos de falta

para sentir que te tuve,

para no sentir que encarne un secreto.

 

Y te alejas a kilómetros, a millas

pero persistes a mi lado susurrando:

“quédate, yo me quedo”

y ahogada entre aire, palabras y saliva, respondo:

“fijemos el pacto”.