Tomando un café, a veces lejana, sabes dónde encontrarla,
y allá la veo con un calor del infierno, que la derrite como hielo,
al fin decidió escribir la carta que le enviará mañana,
pero que raro, ya la está leyendo,
y aunque solo son un par de extraños, que entre las redes y nubes andan,
siguen compartiendo el amor con plenitud y pasión,
a veces piensa en él, y se pregunta,
-¿En qué estación, y en qué parte del mundo te encuentras?,
-espero que sea en invierno cuando te llegue la carta,
-y en cualquier lugar del planeta, mis letras le den calor a tu alma
Y la vida continúa…