EL POETA (soneto)
Durante la mañana, la tarde o por la noche
el poeta penetra en el aire encantado
llevando un talismán que llame a los espíritus
de plantas, cuevas, rocas y fuentes. A su vista
la vaina de las cosas se abre hasta su seno,
y todas las esencias secretas que hay allí
muestran los elementos de bondad y belleza,
haciéndola ver donde la Razón está a oscuras.
A veces, con las alas asombrosas, su espíritu
vuela sobre las cosas compactas y palpables
de esta esfera diurna, y con sus destinados
cielos realiza uniones prematuras y místicas,
hasta que esos contactos sobrehumanos emiten
una aureola visible en su mortal cabeza.
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AL SUEÑO (soneto)
Tú embalsamadas la noche tranquila dulcemente,
cerrando con los dedos benignos, cuidadosos,
los ojos complacidos con la tiniebla, aislados
de la luz, resguardados en un divino olvido.
¡Oh, suavísimo Sueño! Si te apetece, cierra
mis ojos serviciales en medio de tu himno,
o espera el \"Amén\" antes de que junto a mi lecho
tu adormidera lance arrullos cual limosnas.
Entonces, sálvame ,o el día transcurrido
relumbrará en mi almohada provocándome angustia.
Sálvame de la inquieta consciencia, que atesora
su fuerza penetrando como un topo en lo oscuro.
Gira, hábil, la llave de la muesca engrasada
y cierra bien el cofre callado de mi alma.
JOHN KEATS (1.795-1.821)