Francisco Villa

Big bang

El mundo no existía, no había una razón;
vagaban los fantasmas, sin cuerpos que habitar,
la luz no iluminaba, el sol era un carbón.

Flotando entre la nada, trataba de encontrar 
la chispa creadora en tanta oscuridad,
pero era un ente abstracto, privado de operar.

No sé de dónde vino, si fue casualidad, 
presencia inexplicable, desde antes y después,
tal como una hechicera, quizás una deidad.

Pensé que era ilusoria, atrajo mi interés,
no pude aproximarme, su brillo me asustó,
con toda esa hermosura, de arriba hasta los pies.

Pasando por mi lado, su vista me encontró,
sonó un fuerte estallido, de un rayo cegador,
y el mundo dio comienzo cuando ella me miró.