Silvestr

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Y te quiero y te amo y siento una gran emoción cada vez que miras mi sobrepeso. No sé si este exceso me provocará un infarto, pues imaginate, ciento y cacho de kilos de colesterol, glucosa, trigliceridos y humo no son fáciles de controlar. Pero que diablos, ¡te amo con locura y sin importar que te burles de mi inmunda figura! Pero, también estoy pecando de arrogancia e insensatez al no considerar que podría aplastar tú cuerpo; soy un cretino. Un cretino que necesita bajarle de rayas a su soberbia, pero que fregados ¡al diablo la ética y la lógica de la realidad! Espero que me hayas escuchado.