CURSIVA EN SOLEDAD
¡Oh!
Niña, que ignoras mi ausencia,
¿el ocaso, nuestro ocaso,
en nuestros brazos
el fracaso? Me pregunto alguna vez…
Tal vez,
sirena que olvidó la mar,
olvidaste mi playa y también mi sol…
¡Ay, tu besuquear
escondiendo su champan
embriagando con dolor
vil añejo esplendor…!
A veces pienso, querido amor,
espectros del viento el emular, inquieto a veces
y nos ilusionamos en los espejismos
de la alegría, de la fe, del clandestino amor…
Y muchas otras,
provocamos, como aquel llanto, tempestades…
¡Ay, amor!
Aquí yacen en cursiva negra,
nuevamente, tu soledad… mi soledad…
Santos Castro Checa
2022