Me bebí tu recuerdo
y el agua volaba
los peces danzaba
ante tu llegada,
¡ay! gaviota adorada
el candil de tu mirada
y la noche suspiraba
como un hada,
y mi corazón lloraba;
me bebí tu recuerdo
y la copa rebosó
el canto de las aves
que nunca se dio,
y esté pobre mar
naufragó en contra de tu yo
porque a veces el amor
es como la noche y el día
donde prevalece la osadía...