Incandescente va el Sol, entre nubes, majestuoso,
carece de un descanso, si no se nubla su mente.
La Luna brilla coqueta, oculta su oscuridad,
engorda, a veces adelgaza,
puede hasta no aparecer, pero trasmite frialdad.
Él le entrega su ignición, que ella en luz la convierte,
todo el calor inherente, nunca lo compartirá.
Ella inspira a enamorados, la locura hace evidente,
mientras él irreverente, ascendiendo va sus grados.
Ella en baile se divierte entre estrellas y luceros,
él llenándose de celos, quiere estallar de arrebato.
Ella danza y al danzar sus lágrimas, caen al suelo
él con fiebre y desespero al eclipse está esperando.
Cada quién sufre a su modo, ¿cuál de los dos sufre más? Nadie nunca lo sabrá.
Si tú sufres por amor, piensa en la Luna y el Sol, que sin esperanza alguna viven ellos su pasión.
Los dos de andar diferentes, y el eclipse es su ilusión.