No puedo más con tu recuerdo...
No se dónde esconderlo
o dónde dejarlo
para que no le pese más a mi alma.
Tal vez...si hablo mucho de ti con alguien
¿tu recuerdo podrá quedarse
en ese corazón extraño que nunca conociste?
Entonces yo sería libre
¡ completamente libre !
pero...¿ a quién le podría dejar tu recuerdo?
Solo a alguien que no te amó como yo
a alguien que no haya creído en ti
como yo creí
A quien nunca sintió tus besos
ni lloró por tu amor...
A ese alguien que no dañaste
y que mantiene aún la ilusión en el amor.
Pero entonces...¿ para qué querría tu recuerdo?
Un recuerdo oscuro, turbio y desgastado
roto por todas partes y por todas partes remendado.
Un recuerdo triste, apagado y callado
sin fuerza ni vida...¿ para qué lo querría?
Sin embargo, he de dejarlo en algún lado
en alguna grieta, en algún rincón
o quizás en esa esquina, de esa tarde, de esa vez...
Tal vez, volviendo mis pasos
desamando lo vivido
hasta llegar a ese segundo de tiempo
que convirtió mi vida
en un antes y un después,
quizás en ese instante
pueda dejar caer tu recuerdo...
como quien se deshace de una cicatriz
que marcó su piel por muchos años
y luego mira el lugar en la que estuvo
con asombro
calma y esperanza
Así mis pasos volverán nuevos
por ese mismo camino viejo del olvido
pero ya sin tu recuerdo
golpeando mi memoria
pero ya sin ese llanto apretando mi garganta
Y solo entonces así
podré ser libre...
¡ completamente libre de ti !
Aunque regrese vacía de todo
Aunque regrese casi muerta
irreconocible
envejecida
y sin alma...
Aunque regrese libre... ¡ libre por fin !
pero sin mí...
Ana María Indacochea Garreta
Seudónimo: Socorro Andrea