Yo cruzaré los puentes invisibles,
Los que vadean el río del espanto,
Y alcanzaré tus labios comestibles,
Azucenas, mi brújula del canto…
Y me muestras tus manos compatibles
Con la humedad legítima del llanto,
Que del alma son rosas que florecen…
¡ Y sueños, que aunque yermos reverdecen!.
Paco José González