Gonvedo

TRÍPTICO 2

I.

 

Escucho tu silencio como un difuso rumor

que apenas te naciera a flor de labio,

el eco de la espuma hecho palabra

respirando sobre la arena

que el mar acerca a la orilla.

Aún la huella intacta trazando sus lindes

hasta alcanzar la playa

como un sueño que al crepúsculo

ciega todos los postigos.

Ahora apenas somos tú y yo

bajo el repentino hálito de una última luz

frente al color del cielo.

 

II.

 

Así me vienes, fingiéndote rosa

en el jardín de mis días,

cosecha de un tiempo anticipado

pidiéndome que te adivine,

animoso desorden que vela armas

para quedarse conmigo;

acaso porque no desconoces

que encaro mal las soledades

y que me llenan de arrugas las ausencias.

Y vienes con el disfraz de ceniza de los días,

tú que ya no eres viento

del que tenga que guardarse la madrugada,

sino brisa que al aire se llevó mis plegarias.

 

III.

 

El tiempo pasa. Entre vaivén y vaivén,

se pone en marcha el carrusel de la vida,

y a veces deja un sabor agrio,

cortos duelos y hasa pequeños raptos de locura.

Viajando hacia la noche,

un luminoso néctar se desprende de la luna

embriagando tu corazón

donde aún se atisba una llama encendida.

Una respuesta se asoma entonces a tus ojos

transidos de noche, anhelantes de amanecida.

 

 

\"Islas errantes\"   (2018)