Si te cuento quizás el mar
abra sus alas para escuchar
o las gaviotas dejen de volar;
pero jamás sabrán de mis penas
ni de las heridas ni de los secretos
que un pobre corazón guardaría,
porque a veces la ironía
es la bohemia de la vida.
Si te cuento mil tristezas
quizás el tiempo no sería
el añil que nacería...