La luna llena
me acaricia el rostro
con su blanca tez,
su color es plateado,
muy brillante y hermoso.
La marea sube
poco a poco,
y el susurro del mar
acaricia mis oídos
y me relajo
y sueño despierta.
Se escucha en la lejanía
el lenguaje misterioso
del viento invernal
que congela mis pensamientos,
y yo me encojo de miedo
dentro de mi cama.