Es curioso que mi ex-mujer se llamara Soledad.
Ella sufría con su nombre por una cuestión según ella determinista.
Yo no fuí el llamado a sostenerla y curarla de su mal todo lo contrario fuí despiadado e indiferente, porque no decir la verdad de una vez por todas a tajo abierto.
Pero un día ella descubrió su nombre o se lo encontró en las estrellas vaya a saber usted y ella desde ese momento en adelante se hizo llamar AMANECERES y por su puesto yo no estaba en sus planes.
Acepté mi destino por todo lo cretino que había sido en la vida en común con ella.
Veinte años después Amaneceres tiene cuatro casas y vendió además una en el intertanto.Es una mujer próspera.
Después de muchos años de indiferencia, ella ,según dicen ,al oír viejas canciones mías como que se anduvo enamorando de mi de nuevo y viajé a Santiago a verla.
En la reunión que sostuvimos sobre el tema yo le dije que todo era un imposible y que yo no le serviría para nada para sus planes de encontrar su hombre para acompañarla en la vejez.
Y era la pura verdad solo sirvo para escribir historias funestas antes canciones málditas ,hoy poemas siniestros ,para levantarme en las mañanas ,disfrutar de la displicencia y hacer algo de caracter urgente que si no la soledad viene a acecharme
con una hoz y un martillo.