En desventaja, con infame munición,
Ayer murieron decenas de soldados.
Los venció, tan descomunal, explosión.
Conjeturen, sobre sus peticiones solicitadas;
Mientras, los agónicos cuerpos motilados.
Los contrarios, aprobando, celebraban.
al mismo tiempo pedían los desalmados.
qué se repitiera, el estruendoso del estallido,
Que sin piedad y con cecidia los disgregaran.
Es soldado en la batalla de la vida,
a quién Dios lo destinó a sufrir,
pues, a la batalla, tiene que salir.
aunque tenga, su básica arma… vacía.
Con un sereno, fingido gesto,
Tiene que ocultar, su terror.
Más, si su primitiva arma,
Pudiera hablar...
Se tendería, con él, a llorar.
Al ver su cara con denuedo.
Intrépido, y robusto.
Sin llegar a comprender,
que está, muerto de susto.
Si lanza mortífera, granada,
Muchos creen, que es valentía.
La verdad. Es que ve acorralada,
La más confiable salida.
Lo han adiestrado para luchar.
Como un soldado, de incontable valor,
Y si llora. Nunca de frente, al superior.
Mañana, cuando en el campo muera,
todos lo echarán al olvido.