Atrás queda el pasado glorioso,
lejos, los ruidos de arcabuces
la rebeldía de la gente,
la determinante hombría …
Un niño impasible en bronce,
permanece absorto en la lectura
frente a la entrada de una biblioteca.
Un maestro derrama su sabiduría
en una plaza, tras los muros de una iglesia.
Ese eres tú, Móstoles…
Por tus arterias, venas y capilares
circulan, pululan , transitan
gentes de aquí, de allá y de más allá,
unidos en un único corazón.
Tú, que naciste en Cerro Prieto,
creciste durmiendo en Princesa, Iviasa,
Villafontana o Estoril,
El Soto, Parque Coimbra,
Indauchu, Pinares Llanos
y otros que olvidar no olvido.
Escucha la llamada desde una mozárabe torre,
Móstoles mío,
sin gran catedral sino en pequeña ermita
por Nuestra Señora de los Santos protegido;
abreva en la Fuente de los Peces,
descansa en el Parque Liana,
enamórate en El Pradillo,
educa a tus hijos en la caridad
de Simón de Rojas,
en el valor de Andrés Torrejón
o en el de Simón Hernández ¡igual da!
Camina con paso firme hacia el futuro,
busca la grandeza de tu destino
mas no pares, sigue tu senda;
no desfallezcas nunca
mi Móstoles,
mi pueblo querido.