En el desvanecerse de un sueño,
brotan punzantes espinas
heladores alientos de muerte.
Y las hojas de otoño
se posan descoloridas,
apesadumbradas,
al disponer de la desilusión
en ese instante presente.
El día acostumbrado
a refunfuñar entre disgustos,
a pesar de lo mucho que tiene.
Es aquel día caprichoso
que con todo juega
y nada le entretiene.
La voz callada
que observa el significado
transcurso del río;
el murmullo del agua.
Beberá del grato cobijo,
de un comprender desprendido
por los elementos,
que no guardan,
que achican distancias.
Ocasiones no le faltan
a la desdicha,
para separar a los individuos.
Virtud poseen
aquellos que asumen sus cuentas;
y no arremeten contra otros,
para engrandecerse
y sean pagadores
de sus desasosiegos
y tributos.
Si después y por todo lo dado
me toca pagar condena;
repitiría,
la pagaría gustoso.
Entre clavos y cruces
o remando hastiado
en la más sucia
de las galeras.