A pesar que mi infancia hace rato que “dobló la esquina”para perderse vaya uno a saber donde, si me pusieran en la encrucijada de tener que elegir, entre lo que “no tenía” que era casi nada en aquellos tiempos y lo de hoy, quizá quijotescamente me quede con lo de mi niñez.
Uno de los motivos entre tantos a los de esta actualidad: EL PREJUICIO, desconocido en aquella época, porque a pesar de todo y nuestra pobreza estábamos exentos de esta desgracia.
Tal vez lo que voy a decir pueda parecer muy cursi o sonar a frase hecha, pero de todas maneras...allá va. Cuantas veces la vida nos pone en la disyuntiva de adoptar por ejemplo, entre llorar una ausencia o sufrir una presencia, eso es lo que me descoloca y por consiguiente me hace sentir tan ajeno al mundo que me rodea.
¿La ausencia?: el tiempo aquél en que uno era dueño de algo único, el dueño de ese cachito de vereda en el que la gente que pasaba saludaba y te sonreía, donde realmente te sentías un ser humano tratado como tal, siempre dispuesto a dar una mano al que estuviera peor que nosotros.
¿Sufrir una presencia?: el que pasa a nuestro lado mirándonos con odio, como si acabáramos de violar a su propia madre, donde el respeto a los ancianos es prácticamente una utopía, donde el que se involucra es “un salame picado grueso”y si no curtís lo que está de moda...NO EXISTÍS.
Por eso y muchas cosas más...no gracias, yo paso, me resisto a rendirle pleitesía a ese Dios que tiene tantos adeptos: LA MENTIRA, yo pertenezco a esa minoría que le rinde culto a ¡ LA AMISTAD!.
No quiero con esto pintar un cuadro trágico de lo que pienso sobre esta época en que me toca vivir, (para nada), pero permítanme ser un realista a ultranza; ¿el progreso? si bien es cierto que es algo bueno y necesario, suele traer de arrastre como furgón de cola cosas que realmente...se las regalo.
Si ser de avanzada es librar cheques sin fondo, no tener convicciones, no creer en nada ni en nadie, ser un triunfalista que para ello camina sobre pilas de cadáveres, o tener que poner cada día un nuevo barrote en nuestras casas por temor al prójimo...PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR.
Y ya que estamos en tren de sincerarnos, permítanme que les pregunte: ¿cuál es el motivo por el que casi nadie apueste a futuro?, ¿les cuento lo que pienso?, me da la impresión que los jóvenes viven rigurosamente el presente, como si en cualquier momento el mundo estallaría en mil pedazos.
¿Y los sueños? esa máquina que pone en funcionamiento todas las fantasías que hacen funcionar el motor de nuestra existencia, pero claro, para ello debe haber metas preestablecidas.
Soy muy conciente que este tiempo no es precisamente un lecho de rosas, por otra parte los parámetros que podríamos tomar para manejarnos no existen, por eso la consigna debiera ser pelear(en el buen sentido de la palabra) y sacrificarse en pos de. revertir este caos.
Porque si de algo creo estar seguro es en la inutilidad de barajar, cuando las cartas de la vida nos muestran, que los únicos modelos que podemos tomar...SON DE BARRO.
Por último quiero confesarles “mi gran verdad”: si la angustia me estuviera jugando una mala pasada y viera con mucha pena por cierto, que no me queda otra cosa que cargar sobre los hombros todas mis expectativas, iría sin duda alguna a buscar la compañera ideal para acompañarme en esta...LA GRAN AVENTURA DE ENCONTRAR MI DESTINO, no lo pensaría dos veces, la elegida sería...
¡MI AMIGA: LA ILUSIÓN!.
Boris Gold
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