Hemos de pisar fuerte
sobre la tierra tarde
para hacerla temblar
cuando la guerra arde.
Y grabar el llanto
de los niños amaneciendo
para despertar haciendo
del tranquilo sueño
a los que ordenaron
tan horrendo acontecimiento
vaciar de sus corazones
la maldad de sus razones
y llevarlos hasta el cielo
para desmembrar sus objetivos
que no hay peor motivo
que asesinar sin sentido
y llenar los cohetes
con los jefes principales
sin colores ni doctrinas
para mandarlos al espacio
a purgar sus maldades,
mientras perdure el viaje
grabarles en la memoria
sus actitudes ante la historia.