Me tomo el sinsabor
en puras dosis
de mi expresión...
Soy desastroso
cuando cojo el boli
y lo apunto todo.
No hay dios
que me soporte
en esta hora
sofocada por el llanto
de algún niño
que yo fui antes...
No hay reposo
desde entonces.
Se abre un foso
en corazones
corrompidos por el lujo
de no tener nunca bastante.