Silenciosa está la noche
con sus duendes sin cantar,
cuasi etéreas al derroche
las estrellas y la mar,
bajo el dolor de la luna
y del párvulo sin cuna
que suspira sin parar…
y va el viento, frío y grave,
abatido, ama su abril,
¡de tal lío nadie sabe
o si es extinto el candil!
bajo el dolor de la luna
y del párvulo sin cuna
sin la nana y su mandil…
ora tengo miedo, madre,
ante un quemado portón,
y aunque mi cachorro ladre
su ladrido es de cartón,
bajo el dolor de la luna
y del párvulo sin cuna
que ha perdido el corazón…
Santos Castro Checa
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