¿Quién se acordará de mí?
¿Quién prenderá una vela?
¿Quién pronunciará mi nombre por la mañana?
¿Quién rezará un Salve ante la Virgen?
¿Quién rescatará del olvido mis decires?
¿Quién leerá mis libros?
¿Quién hablará en sueños con mi sombra?
¿Quién descifrará el laberinto de mis letras?
¿Quién lamerá mis heridas y mis huesos?
¿Quién en el día o en la noche,
O en la noche y en el día,
me dirá que fui buena?...
Si te has ido tan pronto, sin decirme adiós siquiera.
Si te fuiste contento para caer sin hálito
en otro sitio.
¡Abatido tan solo entre tanta gente!
Lánguida tu mirada sin verme...
Acumulabas congojas en tus ojos mojados de rocío
Asomados al vacío de la nada!
Soy el rescoldo de tu sonrisa triste.
¡Viaja conmigo al leerme para sobrellevar tanta pena!.