La noche que hay en tus pupilas
una noche de ensueño es,
que el brillo de una estrella tirita
una y una y otra vez.
Y se extendía hasta tu pelo
la oscura noche que aquel
sobre tu cabeza como el cielo
era un obscuro broquel.
Yo quise contemplarme en ellos
hasta que al amanecer
la luz del día con sus destellos
en tus ojos se dejaran ver
esos luceros bellos
una y una y otra vez.