¡Tiene pena de poeta!
Se les oyó murmurar
A las lenguas filosas
Cuando lo vieron pasar.
Iba con paso renunciao;
Caminante que camina
Por no dejar de caminar,
Con una rosa malhería,
Tres versos en el ojal,
Y un lamento de campanario
Sollozando domingos
Por la vieja Catedral.
¡Tiene pena de poeta!
Se les oyó murmurar
A las lenguas filosas
Cuando lo vieron pasar.
¿Qué saben ellos pa\' murmurar?
Como si la pena de un poeta
Doliese menos, porque sabe
como hacerla rimar.
Claudio M. López