Para…Aida.
1
Que prohibido es ya mirarte
cuando de lejos percibo
-que mi muerte- es estar vivo;
cuanto más, pudiera amarte,
a solas poder llamarte
con este amor que desboco
y susurrarte –estoy loco-
Mi locura es culpa tuya
ya por eso es una bulla
cuando tu mano la toco.
2
Por nuestro amor me desvelo
y el insomnio me persigue,
cuando despierto me sigue
como un impasible anhelo.
Por ello dormido velo
sin repetir que me asiste,
o qué en veces ya me embiste…
-por eso amor yo te quiero
por eso amor soy primero
en gritar- ¡que Dios existe!
3
Tengo el temor de perderte
quizás por no merecer
que tú me puedes querer
como yo… puedo quererte.
Y tal vez el ya no verte
sería el suicidio mayor
¡Entiende!...vivir sin tu amor
es estar muerto -ya en vida-
pues no mitiga ni alivia
este martirio y dolor.
4
Llevo en mi carne una llaga
por la soledad que abrume,
y que a poco, me consume,
como una fiebre que amaga,
no dejes que así la daga
vuelva abrirme alguna herida
porque soportarlo en vida
¡te lo juro…!no podría
dado el caso. Moriría.
Sin encontrar más salida.
5
Lo vez qué no hay remedio
estoy enfermo de amor
¡y no me origines dolor
que no te causaré tedio!
Para matarme –hay un medio-
Cuando me digas adiós.
…pero no… mejor que tu voz
con blando acento repita
ese verbo que palpita
dentro de mi corazón
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