Lale Neda

CONFLICTO

 

Oigo el ritmo arrebatador

de la serenidad y los encuentros

hay palidez  en las flores

no está quieta la noche .

 

Se estremecen las colinas

con  las sombras escurridas

dejando huellas frescas

atrás inspirados versos.

 

Mi mente no está tranquila

la ilusión no está fecunda

los rayos fustigan el cielo

los odios ígneos se avivan.

 

Lluvias púrpuras vertidas confusas

arrebatan la claridad de la luna

ella iba hilando las estrellas

se extinguen las noches perlas.

 

Los  niños bordean el horizonte

los hombres exhalan fosforescencias

con su virgíneo aliento

exponen sus frisos antes risueños

 

El ocaso se volvió permanente

mis versos solo son calcinantes

al ver mi ojo ya turbio la hostilidad celeste

y las almas peregrinas de perdidos besos .

 

La avaricia y el miedo ha transformado mi verbo.