Qué bonito es saber
Que estos minutos que restan
Llevarán tu rostro a cuestas
Y tu piel cuarteada de mujer.
Si esa lágrima en tu mejilla
Refleja un dolor inminente,
Te regalo el pensar de mi mente
Que me recuerda a una bella chiquilla.
Una chiquilla con ojos rasgados,
Con luz verde a lo irreverente,
Una chiquilla a quien amaba en pasado,
Una viejita a quien amo en presente.
Pero sobre todo en pasado
Es que ahora te miran mis ojos
Porque el presente es este despojo
Y el futuro ya no es a tu lado.
Gracias por tu hermosa alianza
Con mi tiempo y con mi espacio.
Gracias por tu andar despacio
Cuando mis pies perdían esperanzas.
Gracias por cada minuto contigo
De joven y de anciano,
Gracias por fungir de abrigo
Cuando de frío temblaron mis manos.
Precisamente ahora tiemblo,
Desgraciadamente no de frío,
Tiemblo por este miedo mío
De marcharme hacia otros templos.
Tiemblo porque sesenta años a tu lado
Para nada se comparan
Con una eternidad que depara
Un paraíso sin ti estrellado.
Gracias por última vez
Y juro por la más gruesa de tus lágrimas
Que para la muerte, solo una página
Porque mi libro entero lo escribió usted.