Ya el hilo que unía nuestras vidas no es rojo
ahora resulta que es VERDE,
se desplaza moviéndose de tu mano y de la mía...
envolviendo los recuerdos,
insistente a tu lado y al mío...
mientras fingimos por años, tener a nuestro lado al alma gemela,
o simplemente ser felices,
autómatas, como algo banal...
pero ahí está, sigue fuerte el mismo hilo que no se pudre,
sigue poderoso amasijando tu mano y la mía como siempre;
pero yo te escribo y tu me escribes...
como si no pasara nada.