Desfiles podridos
en concomitancia
con planos efímeros,
esa alabanza de dioses
en los pordioseros barrios
obreros. Oh sintagma,
denominador común
de las treguas ocasionales,
donde recibiré, del dios auténtico,
la cartesiana equidistancia
de un anhelo superior.
No suelen limitarse
besos de contrabando
a la penuria del príncipe derrotado,
sueñan con vísperas de consejos
con alas nuevamente resurgidas-.
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