CÉLULAS LOCAS
Esos finos dedos, que hoy languidecen,
fueron guantes de látex muy inflados,
opacos a tus ojos, –tan cerrados–,
que no vieron los hechos que acontecen.
No vieron tus costuras, que estremecen,
ni esos zurcidos, tan abultados,
que se bifurcan por ambos costados,
ni vieron …… que mis ojos se humedecen.
Pero hoy son como unos pajaritos
que me pían demandando cuidados,
estremecidos y muy delgaditos,
a la espera de amorosos bocados,
que yo les doy, junto a dulces vasitos
de futuros sueños imaginados.