En la alquimia de los tiempos,
coexisten hechizos y embrujos,
que con inciensos y humo
dejan de ser sólo inventos.
Inventos que en un intento,
con toques de magia y encanto,
son para el mortal un engaño,
que no tiene fundamento.
Sólo perdura en las horas,
un poco de hechicería,
Efímera ilusión traída,
de antaño y de ahora.
Rufian, brujo embustero,
sólo engañas a la gente,
y es tu deseo ferviente,
del vil metal hacerte eco.
En el anochecer de tus días,
recordarás que la fe es primero,
que todo se basa en un credo,
y no hallarás la salida.