Nunca me faltes
Ni en el sueño
Ni en el amanecer
Ni en cada silaba
Cuando pronuncio tu nombre.
Nunca me faltes
Ni siquiera en la tormenta
Ni en la hora de oscuridad
Ni en la penumbra del silencio
Cuando el sol no ha llegado.
Nunca me faltes
Ni siquiera en la distancia
Ni en la cueva del desamparo
Ni en la brisa ausente
Cuando suspiro tu anhelo.
Nunca me faltes
Ni en el día de llanto
Ni cuando el dolor es intruso
Ni siquiera en la partida
Cuando yo ya no esté contigo.
EH