El hambre y el mendigo (Soneto)
¡Oh pan! que nunca faltes al mendigo
con amor te lo pido, ve a su mesa
recubre tu corteza con la fresa
que da la fuerza y vida al desabrigo.
Tu meta cariñosa la bendigo
hambriento calmará risa burguesa
vacía su despensa, el chusco besa
ya sea de centeno o de mal trigo.
Que injusta la riqueza y la fortuna
sedientas por robar a los carentes
consumen su vivir y dan hambruna.
Y llorando por ver tan malas gentes
camino suplicándole a la luna
los muerdan las tinieblas con los dientes.