Siempre lo he tenido claro,
ni soy ni quiero ser Dios,
solo quiero ser tu hermano,
tu amor, tu vida, tu voz
ser esa mano tendida,
la que acaricia tu faz
la que consuela tus penas
la que te quiere ayudar
cuando la noche es eterna
y no consigues dormir
cuando el tiempo se detiene
Y no te deja vivir.
Ser la luz de la esperanza,
dar vida a la oscuridad
y desguazar las cadenas
que amarran la libertad,
que encadenan la justicia
y que esclavizan la paz
con intereses bastardos
con mentiras, con crueldad
que nos hacen sus esclavos
que nos llevan a luchar
en guerras que son sus guerras
que nos empujan a odiar
y a matar a nuestro hermano,
que es como tu y como yo,
que sangra cuando le hieren
que llora cuando el horror
quiere llevarse a sus gentes,
y no me importa el color
de su piel ni sus banderas
su idioma o su religión
porque todos somos hijos
de Gea y del mismo Dios
del amor de nuestros padres,
del trabajo y del sudor.
Siempre lo he tenido claro
paz, justicia y libertad
porque con paz y justicia
el pan me lo gano yo
lo comparto con mi hermano
con mi pueblo, con mi gente
porque en la paz o en la guerra
¡nada me es indiferente!