Lale Neda

LAS MANOS

 

Es mediodía y están compungidas

extenuadas, solitarias, secas, 

pesadas, lentas, con olor a comida

queriendo emigrar a la infancia

manos con semblante a sendas

de hechizo y de gloria cada día

 

Silenciosas sencillas han impregnado

con miel cortezas sedientas

con delicadeza corazones angustiados

con compañía soledades ásperas

                     con alegría emociones ennegrecidas                   

con constancia pieles adormecidas

  

Se ocuparon de sembrar amor

en los campos benditos

poniendo semillas en los surcos

para que brotaran virtudes sublimes 

con armonías muy mezcladas

y luces de muchos tonos diversos

 

Obsequiaron sacrificios desprendidos

con olor a entrañas y yerbas

 sus  yemas  iban enderezando

 las palmas amasaban los genios

y esculpían con martillos tiernos

para evitar llantos en sus terneros

 

Así el tiempo a las manos les ha pasado

les impusieron una tarea de rigidez enaltecida

con un caudal de sentimientos cristalinos.

Ahora en monótonas se han convertido,

se atrofiaron y llenaron de carácter

confinadas a pobres rincones de lo mismo

 

Ya llegó el tiempo, se revelan,

de un sosiego no han desistido

no quieren más un compás inerme

despertaron, quieren seguir con sentido,

claman inspiración, plasticidad, pensamiento

y un racimo de tributo hay que rendirles

 

Quieren solo hablar y danzar

tocar la luz hasta embarrarse

su dramatismo vendado expresar

despojarse de su jaula con fiebre

que las oigan hasta caminar sin dueño

y  poder derramar su sed de suspiros sin miedos.

 

¡GLORIOSAS ¡