Por antojo quise un verso
Hecho de sueños, hecho de fuego!
Afuera, en ese jardín encantado. Un mundo maravilloso se hila imperceptible a la vista y el odio. Allá, más allá de ese cielo azul tachonado de luceros, se guarda esquiva la hoja perfumada de rocío sideral. En ese inmenso silencio se teje una esperanza, se teje un verso. Uno que parte el corazón en mil pedazos. Uno que agita los sentidos y sacude la existencia.
¡Cuánta vida acumulada en un instante muerto!
¡Cuánto fuego en un suspiro!
Hoy no siento el calor de aquel entonces, cuando en una noche que se hizo polvo, pálida e impasible deambulaba bajo la sombra que proyectaba sobre el orbe la luna negra. Mi blanca túnica se agitaba al vaivén del viento y mis cabellos ondulados escribían en el espejo, un poema. Libertad que a hurtadillas se escapó de entre mis pechos, de entre mis dedos.
Imagen: Créditos a su creador.
Luz Marina Méndez Carrillo/05/03/2022 /Derechos de autor reservados.
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