Tus mariposas
se unieron con las mías
para soñar.
Volaron lejos
por campos y por mares
y en la ciudad.
También tomaron
de parques y jardines
su claridad.
Agua en las fuentes
rozaron con sus alas
para jugar.
También la risa
del niño y del abuelo
vino hacia acá.
Y hasta nosotros,
los dos, participamos
con nuestra edad.
Se fue febrero
y abrió la puerta marzo
una vez más.
Las mariposas
vuelven con su fragancia
e intensidad.
Y son tus sueños,
cosidos a mis sueños
de amor y paz.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/22