Parece que senil a Río exhausto llegué
Tiempo del concluyente verdolaga destino
Y ahora absueltos y fieles quedan los por qué,
Voracidad final del feroz diente canino.
Pardo repliegue en redoble de añejos recuerdos
Un corro caótico de afamadas verdades
Donde por igual purifican cisnes y cerdos,
Mazmorras y mansiones de las crueles ciudades.
Expansión moribunda de búsquedas exóticas
Por almas acotadas de hermanos transeúntes
Sin decodificar sus tan extrañas semióticas,
Sellos dados, protectores de turbios apuntes.
Amores sagrados al ras con penas adjuntas
Hedonismos en los epicúreos jardines
Azules placeres, pecado, atados en yuntas,
Predios terráqueos, planetarios comodines.
Parece que senil a Río exhausto llegué
Tiempo del concluyente verdolaga destino
Y recién sagaz comienzo a entender los por qué…
Oscuros paradigmas del nihilismo anodino.