PERO NO MÍA
Libre te quieres y libre te tienes
y, por supuesto, no te quieres mía
y, por supuesto, tampoco eres mía
y yo comparto todos tus quereres.
Ni grande, ni buena: eres lo que eres,
¿Crees que blanca te desearía?
Si fueras de Dios no te entendería:
¿Cómo ser de entes si no eres de seres?
¿Quién soy yo para elegir tu estatura
o el buen sabor al que sabe tu bondad,
sin mención a referirme a tu anchura,
lo que ya rozaría la obscenidad?
¡LIBRE! de nuestra opresora cultura
que identifica mujer con propiedad.
Inspirado en Agustín García Calvo