A esa que duerme pensando si madrugas,
a esa cornucopia atenta con el pan,
a esa señora discreta y con arrugas;
hoy sus experiencias consejos nos dan.
Aquella viejecita de áfter dichosa
que ofrece la vida dando lo mejor,
aquella mujer, valiente y laboriosa
que con sacrificios alcanza el amor.
A esa mujer bella que es primer escuela,
atento y dichoso quiero agradecer:
a esa gran dama que cumple mi tutela,
a esas y aquellas que llamamos mujer.
Soy la larva que del vientre vio nacer
y agradezco el don de brindarme la vida;
con ella el sueño no deja de crecer
porque es confidente, porque es gran amiga.
Samuel Dixon [08/03/2022]