Luchaba por sus derechos
y así, luchando murió,
su sangre se derramó
sobre unos verdes helechos.
Y aquellos fríos pertrechos
rompieron hasta sus venas
de rojo pintó azucenas
peleando libertades
rescatando dignidades
que abolieran sus cadenas.
Luchaba por la utopía
la que de niña soñó
por la que siempre luchó
con su puño día a día.
Conmemoremos su día
con fervor y dignidad
su lucha por la verdad
para no olvidar su savia
si la historia nunca agravia
¡Luchar por la libertad!