Supongo que me odiarás por esto
y que además contribuirás a que, a tu desprecio,
se sumen otros muchos,
pero yo te digo con toda mi fortaleza que
quien quiera odio, haga crecer alambradas
y cárceles a su alrededor.
Quienes quieran desasosiego y desorden constantes
en sus vidas
que siembren el caos en las otras, que rompa huesos
y destroce húmeros.
Yo, más triste quizás que otros, intenté sembrar
siempre lo opuesto: calma, serenidad, estabilidad,
respeto, agradecimiento, agrado y simetría, aunque muchas
veces no lo consiguiera- torpeza mía-.
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